Frida

Contrajo la poleo siendo una niña. Una barra de acero le atravesó la pelvis en un accidente. Se le amputó una piernas. Fue intervenida quirúrgicamente en 32 ocasiones. Todo ese dolor y la aceptación de su cuerpo como una cárcel está plasmado en su pintura, en sus autoretratos. Folosofa sobre sus heridas como símbolo de la lucha contra la realidad cruel fabricante de sufrimiento. Filosofa sobre el amor en su obra que tiene ojos propios de mujer revolucionaria puestos sobre un mundo en plena etapa de revoluciones que dan marco al deseo de Frida por la maternidad, embarazo, lactancia, la madre y el miedo... rechazaba el papel tradicional de la mujer y empujó sus limitaciones al movimiento que contribuía a la expresión consciente de lo femenino.

Sus cuadros son una tésis poético-políticas en un carnaval de dolores sacralizados con imágenes de si misma, colores incendiarios, profundo y cruel como lo más implacable de la vida.