Después de unos cuantos años fuera de este nostálgico país, vuelvo. No de visita. Para quedarme. Y con sentimientos encontrados, muchas cosas se ven distintas y otras tantas MAGNIFICADAS.
Banderas argentinas cuelgan de ventanas y balcones, la gente lleva camisetas, remeras, camperas, y todo lo que encierra el merchandising argento. En la tele, Pergollini, intenta descubrir la historia con "Algo habrán hecho" y ahora se busca EL GEN, el argentino más grande, el que mejor nos representa. La Puma-manía marca historia. Hace estallar los rating superando la marca de ESPN en la final del 2005 de la NBA con Manu Ginóbili y nos hace cantar el himno. "Cuentos Cardinales" nos muestra cuatro puntos de nuestro país, sus realidades, sus sueños, sus diferencias, sus PAISAJES, sus cuentos. Y ni hablar de los históricos argentinos como el tango, el CHE a 40 años de su asesinato, y del más argentino de todos, el "dulce de leche".
Por un lado, después de tanto tiempo lejos, todo esto, emociona, pero… está bien todo este nacionalismo? O sólo alimenta nuestro ego para con el resto del mundo donde ya tenemos una criticada reputación? Esta argentinidad al palo nos concientiza de lo que somos, o nos mantiene inmersos en la hipnosis que necesitan los gobiernos corruptos para seguir llenándose las alforjas? Está bien sentir la viveza como una forma de trasgredir normas? Y por lo tanto, está bien seguir creyéndonos "vivos" cuando en muchos aspectos estamos 3 metros bajo tierra?
Indiscutiblemente hay una necesidad de identificarnos, de encontrar un ente que exista idéntico a nosotros mismos. La identidad es una necesidad afectiva, un sentimiento, y frente a todos estos años de crisis nos aferramos a ese sentimiento de pertenencia como una manera de reivindicar todo lo que podemos ser capaces de lograr. Ahí está la clave del éxito! No dejemos que nos mantengan en el letargo, no nos conformemos con una selección campeona. No nos olvidemos de nosotros, recordémonos! Se vislumbra una intención participativa, una intención educadora, ejemplar, algo así como un manotazo de ahogado, a ver si de una vez por todas nos ponemos pillos a la hora de elegir, y pensamos seriamente y de verdad, quién creemos que puede encaminarnos hacia una soñada solidaria, educada, unida e incorruptible ARGENTINA.
miércoles, 17 de octubre de 2007
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